Weed moments

lunes, junio 29, 2009

Lailalai

El círculo se cierra. Recupero mi sensibilidad, mi pena y mi amor por la vida. En un momento pensé que cuando eso ocurriera, de fondo sonarían los sabios versos del coro de la canción "The boxer" de Simon & Garfunkel. Pero en su lugar escucho las risas de mis amigos.

En este mundo se pueden sentir muchas cosas. Pero las más importantes y profundas las hacen sentir las personas.

Y, en el fondo, lo que nos une no se puede expresar con palabras.







Lailalai... lailalailailailala lailalai...

domingo, junio 21, 2009

Un auto rápido

... We gotta make a decision
leave tonight or live and die this way...


Me estoy quedando afuera del mundo. Necesito algo. Algo que me ¿llene? ¿complete? ¿haga feliz? Como que estoy perdiendo mi sensibilidad, mi alegría y mi pena. Y así ni siquiera puedo llorar.

Y no duele. Pero sí importa. Aunque si no da pena, no duele, ni nada... entonces quizás no importa. Nada importa. Sólo importa lo que uno quiere. El sentido de la vida se lo da uno. Bla, bla, bla...

No siento nada. La doble negación, propia del idioma español... perfecta para este momento. Porque no es que "sienta nada"; lo que pasa es que "no siento nada".

Como una situación que al espectador puede parecerle lamentable y penosa, pero que no genera pena o lamento alguno en el protagonista. Como cuando Elton John dice "it's no sacrifice at all". Algo se perdió, pero no fue ningún sacrificio perderlo. Quizás nada se perdió, quizás sólo se reveló la ilusión de haber creído en algo que no existía.

La claridad es mi enemiga. Hasta hace poco podría haber enfrentado lo que fuera. Podrían haberme demostrado que la vida humana es un experiemento extraterrestre, o que Dios existe, o que somos producto de un sinfín de coincidencias poco probables. No habría cambiado mi amor por la vida... ¿Dónde está ese amor ahora?

"Soy lo que amo, no lo que me ama", dice Donald Kaufman en mi frase favorita de todas las que he escuchado en una película... ¿Dónde está ese amor ahora? ¿Dónde están mis lágrimas?

Tracy Chapman es de las pocas que lo sabe. Para algunos el sentido de la vida sólo puede encontrarse en la sensación que te da ir viajando en un auto rápido a alguna parte, con la esperanza de encontrarse con uno mismo, sintiendo que sí se pertenece a un lugar, que uno no es un extraño en el mundo, y que ese lugar es en ese auto en camino a algún lado. Pero los que pertenecemos al viaje nunca nos sentimos felices cuando llegamos al final. Porque nuestro destino es el camino. Donde realmente pertenecemos es en el camino. Y parece que yo perdí el mío...



... And I had a feeling that I belonged
and I had a feeling I could be someone...

jueves, junio 18, 2009

Bueno el gorro/Sáquese el gorro

La semana pasada fui a un remate. La productora donde trabajé hasta el año pasado quebró y estaban liquidando escritorios, sillas, computadores, vestuarios, etc. Este mes ando con muy poca plata, pero igual quise ir a darme una vuelta a ver si encontraba algo simpático y barato.

Terminé llevándome sólo un sombrero de copa de utilería. Siempre he despreciado el uso de accesorios, pero tampoco soy dogmático al respecto y por alguna razón el sombrero me pareció estiloso y que iba conmigo. Y me quedaba perfecto.

Al otro día lo usé por primera vez para salir a la calle. En realidad la razón para usarlo fue el frío, porque el sombrero me cubría las orejas (en una de las dos o tres posiciones en que puedo ocuparlo). Estaba oscuro y poca gente se cruzó en mi camino, pero absolutamente todos se quedaban mirando mi cabeza al menos por un momento. Fue una sensación extraña. No sé qué pensarían o sentirían al verme. Algo les provocaba ver a alguien caminando por la calle usando sombrero de copa. No era sólo sorpresa o desconcierto, había algo más en sus miradas que no logré descifrar.

La noche siguiente fui al estadio con el sombrero. En la entrada uno de los carabineros que revisan que uno no entre con objetos contundentes o cosas por el estilo me dijo "Bueno el gorro". El carabinero que estaba justo al lado de él me dijo "Sáquese el gorro". Quería asegurarse de que no llevara algo adentro.

domingo, junio 14, 2009

Memoria

La memoria es el mayor discriminador. A veces olvida, a veces guarda recuerdos en lugares profundos, difíciles de rastrear o activar. Es la única manera de mantener la conciencia libre para asimilar el presente y no colapsar con demasiada información: olvidar y guardar profundamente.

Así pasa el tiempo y la gran mayoría de lo que vemos, escuchamos y hasta sentimos va quedando en el olvido. Yo no tengo recuerdos claros de cosas que me pasaron hace una semana. Tampoco podría recordar con certeza siquiera a uno de los pasajeros que compartieron micros y carros de metro conmigo este mediodía. Incluso hay algunos momentos significativos en mi vida que sólo recuerdo a pedazos, o sin toda la nitidez que me gustaría.

Hace casi un año te conocí. Y no creo que mi recuerdo de nuestro primer encuentro se me vaya a nublar mientras viva. La verdad es que no sé bien sobre qué conversamos. Pero el momento en que nos cruzamos en la puerta que permitía escapar de esa latosísima reunión es una foto en mi mente (¿o en mi corazón?). No sé por qué ¿Te acuerdas tú también?