Weed moments

martes, agosto 22, 2006

Amsterdam III

Los hongos pusieron la locura, pero la weed es la weed. Y nunca estuve tan volado ni por tanto tiempo seguido.

Por supuesto fui al museo de la marihuana, donde había muchas weás locas, como cosas hechas con cannabis (como alfombras, platos, etc.), tipos de pitos, fotos de plantas increíbles, variedades de bolitas de hashís, juguetes de volados, etc. Una weá muy divertida era una foto del Homero (en la foto) diciendo "D'oh!", bajo la que se leía que un momento fugaz de perdida de memoria es algo común fumando marihuana o algo así.

Otra weá muy cuática era una colección de insignias (como la de la izquierda) de grupos policiales anti weed de todo el mundo (en especial de Estados Unidos). Increíble la cantidad de fuerzas especiales dedidacas a combatir a la pobre marihuanita.

Y, por supuesto, también estaba la weed en sí misma, luciéndo a sus mejores exponentes, todos ganadores de copas y otros premios. Se pasó la weá: cogollos obesos, blancos de cristales, y con un sabor exquisito. Incomparable, una weá nunca antes vista por mi !Aguante Amsterdam!

Para finalizar, una vueltecita por el Sensi Seed Bank (en las fotos): otra cosa !!!Qué chucha estos weones, lo tienen todoooooooooooooo!!!

Amsterdam II


Ahora aprovecho la tranquilidad de Berlín y unos buenos pipazos de Afghani hash -o algo así-, y me pongo al día con los mega-ultra-hiper-maxi weed moments de Amsterdam. Mmm... un último pipazo primero...

Partamos por el comienzo, por lo que hace posible este post y los próximos tres o cuatro: Baba, la tienda de hongos.

O sea, en realidad tendría que agradecer a como veinte coffee shops también, y a otras tiendas de hongos, pero simbolizo en Baba a todos ellos, porque fue en Baba donde me compré mis primeros hongos, y porque quedaba a media cuadra de donde me estaba quedando, lo que me recuerda también que el barrio era el mejor, todo estaba cerca. Todo.

Los hongos te los vendían fresquitos, en embases sellados de plástico (en la foto) que guardaban en refrigeradores. Y era llegar y pedirlos. Entre 12 y 16 euros la caja de 35 gramos (30 gramos es la dosis máxima recomendada... yo me los comí toditos, jijiji).

jueves, agosto 17, 2006

Amsterdam


Así empieza Amsterdam:
- Hola, can I see the menu?
- Yah, man.
- Mmm... I want two grams of Jamaican Gold, two grams of Funny Skunk, and one gram of AK 47.
- You know it, man.

Y luego pasan 3 días en que cuesta escribir...

Esta es como la cuarta vez que trato de escribir esta weá. Amsterdam es la cagá. Increíble. Puta, difícil de explicar. La weá más loca del mundo. Aquí está todo. La weed y los hongos te llevan por todas partes. Mujeres en vitrinas. Más feas que la chucha algunas, unas modelos otras. Toda la gente. Calles estrechas.

Calles estrechas que se unen formando un laberinto de coffee shops, sex shops, bares, tiendas de marihuana, venta de hongos alucinógenos, pornografía, videojuegos, casinos, restaurantes, pizzerías, ropa, lencería, museos eróticos, souvenirs...

Y la gente: hindúes con sus hijos y esposa, irlandeses con poleras de rugby, marroquíes que ofrecen éxtasis, chinos vendiendo cerveza, prostitutas viejísimas, prostitutas jóvenes, un senegalés chuteando una pelota, brasileras conversando en inglés con franceses y holandeses, mucha gente con maletas, alemanes tatuados, dos noruegos con camisetas de fútbol, un gringo borracho, un chileno -yo- ultra volado y hongueado, peruanos pocos, negras de pelo rojo, japoneses de pelo verde, malabaristas, tragafuegos, un gordo barbón sin polera y con una cerveza en la mano, un turco vestido como rapero gringo enrolando un pito de hashís, un mendigo repentino, dos negros gritándose en inglés con acento indefinido, un inglés meando en la calle, cientos de personas en bicicleta, decenas de personas en moto, prostitutas feas, prostitutas gordas, holandeses rubios, holandesas morenas, holandeses negros, un latino tocando saxo, dos galeses lo suficientemente ebrios como para confundirme con Ashley Cole (en la foto), un australiano tocando un instrumento muy raro, rasgos orientales en una cara latina, un showman llamando a la gente a ver su espectáculo "independiente y profesional", muchos tipos ofreciendo coca...

Aquí se mezclan los palacios con las casas de juguete con las casas de putas.

Aquí se mezclan los hongos con la weed con el ron con redbull.

Todos hacen lo que quieren, nadie molesta a nadie, todos son libres.






(Y al final, la ciudad, Amsterdam, te revela la verdad... )

miércoles, agosto 02, 2006

Rumbo a la tierra prometida


Corta: Estoy en Madrid. En menos de dos semanas llego a Amsterdam. Cáchense el mapa...