Weed moments

miércoles, junio 20, 2007

Gastón moment


El Seba me había hablado de un profesor mítico que estaba dando sus últimas clases sobre filosofía oriental en la Católica. "Últimas", pues iba a retirarse, después de 30 años de enseñar en la misma universidad.

Pero Gastón Soublette hizo otras cosas también en esos 30 años, y también en los 30 años anteriores a aquellos. Y antes también...

Escribió libros, compuso música, formó grupos, investigó, estudió... recorrió los campos más exquisitos y trascendentales del saber, vivió mucho, abarcó mucho, y ahora lo enseña.

Hoy tuve la suerte -porque realmente me siento afortunado- de asistir a su última clase sobre filosofía oriental. Lejos, la mejor clase que he tenido en mi vida. Creo que me es imposible, para mi vergonzosa frustración, transmitir todo lo que puede enseñar un sabio en una hora y media de clase. Casi no quiero atreverme a hacer el intento de describir las cosas que decía, cómo las decía.

La gracia del viejo, por momentos todos se reían (y, para mi sorpresa, "todos" no eran más de 30 alumnos), en otro momento yo estuve a punto de llorar. Se paseaba por diversos temas... de pronto dijo: "Yo le tengo sangre en el ojo a Aristóteles. Flaco favor nos hizo al establecer la ley de causa y efecto ¡que se utiliza hasta hoy!". A continuación, nos explicó que despreciaba la ley de causa y efecto, porque la consideraba mezquina con respecto a la realidad de las cosas. Él creía en un principio de sincronicidad, según el cual las cosas pasan solas, sin el menor esfuerzo, si uno tiene una paz-tranquilidad-convicción-fortaleza interior. Que el mundo no funciona por causa y efecto, sino por analogía; lo que logramos en nuestro interior sucede a nuestro alrededor...

La verdad, no creo haberlo explicado bien. Me supera. Quizás en el fondo sí lo estoy explicando bien, pero soy incapaz de transmitir lo que Gastón me transmitió a mí. Y ni siquiera estoy hablando del 5% de lo que fue su maravillosa perorata... Diferencia fundamental entre Mozart y Beethoven (el primero era sumiso a la aristocracia, el otro rebelde, y eso se notaba en sus composiciones), hexagramas del I-Ching, cosas que tenían que pasar según Lao Tse para que cayera un tirano (como que una mujer se convierta en hombre... lo cual sucedió poco antes de que cayera Pinochet, según presenció el mismo profesor), un sacerdote que encaró a todas las grandes familias de Florencia (que nadie sabía como se llamaba, lo que nos valió el comentario "He notado muy débil al alumnado en historia"), un coronel que luego de escuchar la palabra "antropológico" desistió de andar jodiendo a un grupo de música que tocaba en las calles de Valparaíso durante la dictadura...

Cuando terminó su clase, me acerqué a él y le dije "Gracias, profesor... Gracias".

4 Comments:

At 9:50 p. m., Blogger Guido said...

Consumiste Weed antes de ir a la clase?? jaja

 
At 7:23 a. m., Blogger Zahorí said...

¿Qué creís tú?

;)

 
At 6:50 p. m., Blogger Guido said...

que si jeje

 
At 9:58 p. m., Anonymous Anónimo said...

también tuve el privilegio de asistir a ESA clase. y créanme: no se necesita consumir nada para experimentar cosas como las del escrito. sólo un poco más de atención de la poca que le prestamos al acontecer cotidiano. saludos

fev.-

 

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