Weed moments

sábado, mayo 27, 2006

Espuma y tela

Un cuarto para las once de la noche, volados a mango, apoyados contra el auto de Valdi, en Portugal casi esquina con Santa Isabel. De cara a la vereda, nos disponemos a fumar otro pito antes de seguir al próximo carrete. Un improvisado colchón hecho de un pedazo de espuma y retazos de tela es arrojado frente a nosotros. Sobre él tienden su pobreza dos indigentes, dejándonos helados a mí y a Jorge. Más helados que la temperatura ambiente, que ya es muy, muy fría.

Cuando la realidad nos presenta sus preguntas de manera tan verdadera, no sabemos como responder. Pero, mientras lo pensamos, lo mínimo que podemos hacer es compartir la certeza de que algo debe andar muy mal en nuestro país para que haya gente disponiéndose a dormir en la calle en una gélida noche de otoño...

...

Menos de media hora después, ya en el auto, sigo pensando en el colchón de espuma y tela tirado sobre la vereda, cuando me sorprende, desde el techo de un edificio ubicado en Rancagua con Bustamante, el clásico letrero luminoso de Champagne Valdivieso, con su sempiterna secuencia en que la botella se destapa y llena una copa que burbujea. Frente a él hay otro clásico de la publicidad nacional: la luminaria de Monarch con sus parpadeantes piernas de colores. Me doy cuenta de lo chico que es Santiago. No debe haber absolutamente ningún santiaguino -salvo niños muy pequeños- que no haya visto esos letreros. Sin importar la comuna en que se viva, todos hemos pasado por ahí alguna vez. Año tras año vemos esos letreros brillando, recordándonos -a muchos, pero no a todos- la espuma de la copa de año nuevo y la tela de las medias y calcetas que nos abrigan en invierno. Espuma y tela. Espuma y tela...