Pan con manjar

Amanecer entre ruinas centenarias, el sol asoma entre cordones de montañas, el río entona una melodía nunca escrita y una amiga no puede creer que le acabo de hacer un pan con manjar con su retrato dibujado en él a punta de cuchillo mantequillero.



Ya no creo en las etapas. Mi vida es un contínuo de presentes mágicos, la mayoría alegres, otros un poco tristes, pero ninguno sin esperanzas ni recuerdos felices.

Gracias a todos los que me salvaron la vida. Y dentro de este contínuo de presentes, especialmente gracias a ti.



Mil vidas quiero vivir
y en todas te quiero encontrar
y ojalá en cada una,
una rima pueda improvisar...