Weed moments

martes, enero 20, 2009

El mundo entero (como dos boxeadores)

Discutíamos mientras caminábamos por Providencia, como si el mundo fuera nuestro, como si no necesitáramos un lugar privado para discutir, porque no lo necesitábamos y el mundo entero era nuestro lugar. Como si fuéramos los protagonistas indiscutibles de la película, todos los demás en el mundo entero eran extras.

Gesticulábamos, subíamos y bajábamos la voz y seguíamos caminando mientras la gente pasaba (quizás algunos nos miraban). Y de pronto nos abrazábamos. Y después reanudábamos la discusión y la gesticulación y las subidas y bajadas de voz y la caminata. Y volvíamos a abrazarnos un instante. Como dos boxeadores que se abrazan para dejar de golpearse un momento, para descansar, pero sabiendo que en cuanto se suelten la pelea y los golpes se reanudan. Como dos boxeadores que se apoyan el uno en el otro, formando esa hermosa paradoja de buscar refugio en quien te hiere, pero al mismo tiempo te da sentido, da significado al momento, a la vida entera, porque uno sólo existe porque existe el otro.

Pero la pelea quedó inconclusa. Nadie tiró la toalla, pero ella bajó la guardia un momento. Sólo un momento. Casi me pidió que la golpeara sin parar con todos mis pensamientos y sentimientos, con todas mis críticas y mi honestidad. Como si uno de los boxeadores hubiese tenido un momento de lucidez, una revelación encandilante, como si en un momento hubiera visto toda la historia de la vida del otro boxeador y se hubiera dado cuenta de que, para su sorpresa, lo mejor era dejar que él ganara. Porque el otro boxeador había sufrido más en la vida. Y no es que el primer boxeador haya sufrido poco. Pero se da cuenta de que el otro conoce el dolor intenso, el sufrimiento profundo, y que mientras él, el primer boxeador, quiere pelear para ganarle al otro, el otro pelea para ganarle a la vida. Y decide bajar la guardia, quedar al descubierto esperando el golpe definitivo.

Bajaste la guardia y me dijiste con los ojos: “Rómpeme. Rompe esta armadura que me puse hace ya tanto (o parece que lo fuera). Quiero confiar. Quiero la locura. Rómpeme”.

1 Comments:

At 6:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

ESTA ME GUSTO MUCHO
LO SENTI COMO MIO

PRESTAMELA PA UNA CANCION

 

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