Manuel Rodríguez

Manuel Rodríguez fue, quizás junto a Ramón Freire, el más grande chileno que ha existido. Un chileno con características algunas tan excepcionales, otras tan propias de lo que pretendemos denominar cuando hablamos de "los chilenos".

Violeta Parra y Pablo Neruda le cantan. "Perros cobardes mataron a tración al guerrillero, pero no podrán matarlo jamás en mi pensamiento", dice Violeta; "por todas partes viene Manuel Rodríguez", contesta Pablo.

Doce colegios llevan hoy su nombre y no hay ciudad o pueblo en Chile que no tenga al menos una calle que lo recuerde.

Hace 190 años te quisieron matar por defender ideas democráticas, por oponerte a la dictadura. 190 años después, todavía nuestra nación no ha elegido ni en una ocasión su Carta Fundamental por sufragio popular. 190 años después, Chile tiene 190 años. En nuestro origen quisieron negar lo que queriamos, lo que Manuel quizo defender y pasó a representar. Ahora que tanto se habla del Bicentenario, sería lindo que se recordara más acertadamente a Manuel... y también a Ramón Freire. Y a todos los que en el inicio de nuestra Historia dieron su vida luchando por una causa que 190 años después aún no se ha alzado victoriosa. La causa más esencial, más universal, y a la vez la más esquiva: que todos seamos los dueños de nuestras decisiones, de nuestras vidas, de nuestras relaciones con la sociedad. Que no nos vengan a imponer sino lo que realmente quiere la mayoría, y con un espacio de respeto para la minoría.

Algún día, Manuel. Pronto.



"...sólo sé que sonreía camino a Til Til".