Weed moments

domingo, marzo 26, 2006

La gran volada empezó veinte para las cuatro de la tarde...


... y terminó un poco después de las seis. La gran volada fue responsabilidad de un sólo cogollo, que un amigo sacó de su plantación personal. O sea, el conchesumadre tiene unas plantas de maximum lujo.

Del cogollo salió un caño piola, ni chico ni muy grande. Lo fumamos en el estacionamiento del mall de Quilín. Medio segundo después de la primera fumada ya estábamos volados. 15 minutos después de la última, la gran volada ya estaba en su apogeo. Y permanecería así por casi 2 horas, en las que pasaron muchas cosas:

1) Entramos a la librería del mall, porque mi amigo necesitaba comprar materiales para una maqueta. Yo me quedé revisando esas típicas tarjetas con motivos y leyendas de cumpleaños, aniversarios, amistad, día de los enamorados, etc. La verdad estában más o menos no más, pero igual me entretuve harto. Había una que en la tapa decía "Una persona como tú no se merece tan sólo una tarjeta de cumpleaños...". Y adentro decía "... se merece también el SOBRE de la tarjeta". Jajaja. La gran volada recién comenzaba.

2) A la salida de la librería me quedé pegado mirando a una niñita de no más de 3 años, que apenas podía hablar y caminaba con la torpeza propia de los niños más chicos. Me impresionaba aquella minúscula manifestación de ser humano. La miraba y me sonreía preguntándome qué chucha pensarán, sentirán, observaran y reflexionarán los pequeños como ella. La verdad, esa es una inquietud que he tenido desde siempre.

3) Salimos del mall al estacionamiento y... el auto de mi amigo no estaba. Dimos unas vueltas para acá y para allá, y no pudimos encontrarlo. "Estoy seguro que lo vi aquí", decía mi amigo. Yo era incapaz de recordar en qué lugar lo habíamos dejado. Los estacionamientos de las grandes tiendas son todos iguales, por todas partes. Y, obviamente, no atinamos a memorizar si nos habíamos estacionado en el sector F o R o el que fuera. Cuando la idea de que nos habían robado comenzaba a solidificarse, mi amigo divisó su auto a lo lejos... claro, estábamos buscando en un lugar nada que ver. La gran volada seguía su curso.

4) Después nos fuimos a un supermercado a tomarnos una bebida y comernos un Sahne-Nuss... y si los Sahne-Nuss son exquisitos, con cannabis en el sistema nervioso son la locura del sabor. La gran volada continuaba.

5) Terminado el chocolate, me fui para mi casa. Pero antes tuve la brillante idea de pasar a jugar al pinball tragamonedas (como el de la foto) que hay en una de las botillerías cercanas ¡Y la rompí en la maquina culiá! ¡Me llevé como 3 lucas! Le achunté a México -que paga luca-, Venezuela -luca y media-, Paraguay -8 gambas- y Colombia -4 gambitas-. Por supuesto, entre medio perdí varias veces y también me salieron algunos Argentina -que paga 200 pesos-. Así que, al final, salí con un saldo a favor de como 2000 pesos, que invertí casi totalmente en 2 completos y una bebida.

6) Y así llegamos a la parte final de la gran volada: el bajón ¡Y qué bajón! Quedé chato.

Wow, pero qué 2 horas me acaba de regalar la weed. Full weed moments.