Weed moments

sábado, abril 25, 2009

Himnos

El año pasado mi canción-himno fue "Alegría", del Cirque du Soleil. Me representaba por completo, porque alegría fue lo que más sentí el año pasado, que estuvo marcado por viajes a San Pedro de Atacama y Ecuador, además del arriendo de mi propio departamento y mi nueva pega. Todo bien.

El año antepasado la canción himno fue "Snow (Hey oh)" de los Red Hot Chili Peppers. La escuchaba todo el tiempo mientras trabajaba en la productora, donde lo pasé excelente con mucha gente buena onda con la que solíamos trabajar volados y tomarnos unos tragos al final de la jornada. No sé porque me gusta tanto esa canción, apenas puedo asignarle significado a unas pocas líneas, pero el ritmo me encanta.

Cuando era más chico y vivía en La Florida seguro que hubo muchas canciones que marcaron la época, pero la versión de "Amigo" de Ataque 77 es la que mejor representa todos esos años.

Cuando viajé a Europa me gustaba escuchar a cada rato "Crazy" de Gnarls Barkley. Y lo mejor fue que cuando llegué allá era una de las canciones que más sonaba en todas las radios y países. Eso fue excelente.

Este año parece que mi canción-himno va a ser "Patience" de los Guns. Aunque "Read my mind" de los Killers también podría ser. Paciencia y esperanza.

jueves, abril 23, 2009

Lo que he aprendido

En menos de 3 meses cumplo 27 años. Serán 27 años bien vividos. Muy vividos.

Y como he vivido bien y mucho, he aprendido cosas.

Aprendí que los seres humanos no salvamos a nadie. Desde el nacimiento. Un caballito nace y al ratito está caminando. Un topito nace y solito se abre camino a través del suelo para llegar a la superficie. Hasta los insectos nacen listos para enfrentar el mundo. En cambio nace una guagua y no sive para nada. Si la dejan veinte minutos sola ¡se muere! ¡Qué onda la weá ultra inútil!

Y después crecemos, nos desarrollamos hasta nuestro máximo esplendor, y entonces ocupamos cuánto ¿el 10% del cerebro? ¿El 40? ¿Y pa' que chucha tenemos el resto? Puta los weones charchas que somos...

Otra cosa que he aprendido es que, por pésimos que seamos, igual somos capaces de mucho. A veces incluso logramos cosas que nos pueden hacer olvidar lo inútiles que somos en general.

Una última cosa que aprendí en todos estos años es que lo único que de verdad tenemos es el tiempo. Y podemos ser reyes del mundo, pero si para ser reyes del mundo tenemos que trabajar 12 horas diarias, entonces no somos reyes de nada.

Y eso es todo.

jueves, abril 09, 2009

Chora

Cuánto puede decirse con una sonrisa pícara y una pañuelo en la mano...

Llevo dos semanas seguidas yendo a bailar cueca a un lugar que se llama Opera Catedral. Más bien voy a tratar de bailar, a ponerle color más que nada, y pasarlo bien a todo ritmo.

El Rene me invitó el martes antepasado, y estuvo tan bueno que volví esta semana. Y la próxima tampoco falto.

De a poco voy descubriendo varias cosas. La más importante de todas: la cueca es entera entretenida. Los pasos no son muy complicados y se baila mucho con la cara, los gestos, las expresiones. Pura alegría de bailar.

Grupos en vivo que desarrollan repertorios mitad cueca y mitad algo más (cumbia, rock, etc.) ponen la música, y la onda la ponemos todos los asistentes. Gente simpática, sonriente. Como la Josefina, una mina que me sacó a bailar el último martes. Yo estaba absorto en sus manos, con las que tocaba los platos como el tipo de la foto (Daniel Muñoz, actor y cuequero). Cuando quiso pasar de percusionista a bailadora, yo estuve feliz de acompañarla. Estudia danza y baila hermoso. Cueca y cumbia fue esa vez. Ojalá esté también el próximo martes. Mina chora. Cueca chora.