Weed moments

viernes, marzo 27, 2009

The Wrestler

Me encantan esas películas que son una metáfora de la vida entera. Que llegan a todo lo humano no explícitamente, sino a través de una rendija de realidad.

La lucha libre como la actividad que resume todo lo humano. Todos somos luchadores de mentira peleando luchas de mentira y ganándonos el cariño de verdad y de mentira.

Tratamos de vernos lo mejor posible, de hacernos fuertes o de parecerlo, de negar el paso del tiempo, de vivir el momento y que parezca que el momento no es un momento, sino que es siempre.

Y el público gritará con genuina emoción por nuestro genuino esfuerzo por hacer parecer verdad lo que no es. Y el corte que sangra en la frente sí es real, y los músculos adoloridos también.

El striptease como actividad que resume todo lo humano. Todos somos stripers de mentira, bailando danzas de mentira, ganándonos el cariño de verdad y de mentira.

Tratamos de vernos lo mejor posible, de hacernos lindos o de parecerlo, de negar el paso del tiempo, de vivir el momento y que parezca que el momento no es un momento, sino que es siempre.

Y el público se excitará con genuina emoción por nuestro genuino esfuerzo por hacer parecer verdad lo que no es. Y la música sí es real, y el cuerpo desnudo también.

Y todos correrán para estar lo más cerca del escenario. No para descubrir los golpes falsos y las estrías, sino para celebrar la verosimilitud de fuerza y belleza. Y apoyarán a los magos de la irrealidad, los alentarán, les pedirán que nunca dejen de esforzarse, porque mientras más real se vea, más real será la emoción. El mayor truco es no necesitar ningún truco, porque público y mago están coludidos. Saque el conejo del sombrero, nadie le va a preguntar por el doble fondo, sólo sáquelo de una vez y déjenos hacer el resto. Déjenos aplaudir.

¿Y qué pasa cuando esas emociones de verdad se convierten en sentimientos? ¿Qué pasa cuando la striper llega hasta el borde del ring para pedirle al luchador que se olvide de su actuación, que se olvide del cariño de verdad y de mentira, que juntos podrían salir de todo eso? Nada. Eso sería demasiado real, demasiado riesgoso, podría destruirlo todo, podría hacer que el momento pierda su eternidad, la ilusión podría romperse. Mejor morir dando la mejor actuación de la vida. Y dejarlos aplaudir.